Intercambio entre países permitió desarrollar plataformas digitales sobre información y monitoreo de biodiversidad.
En la búsqueda de generar un mayor entendimiento de la biodiversidad, involucrar a la sociedad en esta tarea, y divulgar más ampliamente la importancia que tiene su conservación, en 2017, nace BIBAP, proyecto binacional sobre biodiversidad y áreas protegidas. Gracias al Fondo de Cooperación Chile México, Chile tuvo la oportunidad de mirar hacia México, para aprender de su experiencia, y realizar un intercambio que busca robustecer las políticas públicas medioambientales de ambos países, por medio, entre otras cosas, del desarrollo de plataformas digitales sobre información y monitoreo de biodiversidad.
La experiencia de México
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), fue creada hace 29 años por el gobierno mexicano, para proveer al país de la información necesaria para contribuir a organizar, compilar, incrementar y dar acceso al conocimiento sobre su diversidad biológica. La sólida experiencia de este organismo, que busca afrontar de manera estratégica los distintos retos ambientales que le competen, sus distintas herramientas, sistemas de información y plataformas, ha facilitado el trabajo de funcionarios y funcionarias de gobierno, de la academia, medios de comunicación, entre otros.
Debido al éxito y al reconocimiento internacional de la experiencia mexicana, desde el 2017, instituciones de México, junto a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID), el Ministerio del Medio Ambiente de Chile (MMA), el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), la y WCS Chile - han trabajado en conjunto, profundizando y compartiendo en el conocimiento científico para la toma de decisiones.
Acceso a la información
Respecto a la importancia de contar con sistemas y plataformas que contengan y comparen información sistematizada geográfica y de biodiversidad, Pablo Marquet, investigador principal de IEB, expuso, “estamos entendiendo que es importante profundizar en herramientas de toma de decisiones, no sólo para gobiernos sino para todas las personas; por esto es necesario el Acuerdo de Escazú, pues permite poner la información al servicio de las personas, lo que es fundamental para transitar hacia sociedades más justas y sustentables”.
En este contexto, este proyecto colaborativo permitió avanzar en el desarrollo del Sistema de Información y Monitoreo de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos (SIMBIO), aún en fase beta, el que permitirá manejar mapas e información en línea sobre los distintos ecosistemas de Chile, actuando como un pilar esencial para el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), actualmente en discusión en el Congreso Nacional, que aunará en el Ministerio del Medio Ambiente las funciones hoy dispersas relacionadas con la biodiversidad de Chile, desde la gestión de su información hasta la conservación, restauración y protección.
México, por su parte, desarrolló el Barómetro de la Conservación de Biodiversidad (BCB), herramienta analítica geoespacial para conocer la biodiversidad en las áreas protegidas, su estado de conservación, las tendencias de cambio en sus ecosistemas y la diversidad de ambientes y culturas de los territorios que abarcan, entre otros aspectos relevantes para su manejo. Ambos productos estarán disponibles para el uso de todas las personas interesadas, ya sean investigadores, autoridades, estudiantes y público general.
Respecto a la necesidad y potencial de contar con información accesible, Jeannette Sánchez, Directora de la División de Recursos Naturales de la CEPAL, señaló que “es indispensable capacitar y adecuar la información técnica y científica al lenguaje de todas las personas para co-construir un nuevo conocimiento, sumando el saber de las comunidades y el aporte de las empresas en la generación de información, para ir provocando las transformaciones que buscamos hacia el desarrollo sostenible”.
El cierre del proyecto se llevó a cabo el 24 de junio en forma remota. En él participaron representantes de Ministerio del Medio Ambiente, CONABIO, la Embajada de Chile en México, la Embajada de México en Chile, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, IEB, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo, CEPAL y WCS Chile.
Bárbara Saavedra, Directora de WCS Chile, se refirió a la proyección y relevancia de SIMBIO. “El sistema, inspirado en la experiencia de CONABIO, está naciendo, y precisa acompañamiento y guía para dar continuidad al trabajo realizado, identificando prioridades estratégicas y oportunidades de colaboración para construir espacios integrados en Latinoamérica – el Arca de Noé del mundo – y hacer sinergia en la conservación de la naturaleza, que es local y global”. “Como todo desarrollo, este proceso precisará visión y compromiso de largo plazo, cosa que está en el ADN de organizaciones como la nuestra”, añadió.