
La Región de Magallanes y de la Antártica Chilena recibió al Grupo Internacional para la Conservación de Turberas (IMCG, por sus siglas en inglés). Desde el 1 al 9 de diciembre, estos especialistas de 14 países, recorrieron las turberas de Tierra del Fuego, Punta Arenas y Última Esperanza, con el objetivo de promover el conocimiento, conservación y restauración de estos paisajes.
Esta iniciativa, que por primera vez se realizó en Chile, fue organizado por el IMCG y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Argentina y contó con la colaboración de WCS Chile, el Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes, la Fundación Planeta Agua, el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y el Instituto Milenio BASE. Participó, además, el Ministerio del Medio Ambiente, a través de la profesional Paula Otth.
Viaje por las turberas de Magallanes
Con más de 20 expertos y expertas se dio inicio a la expedición desde la provincia de Tierra del Fuego. Allí, conocieron y recorrieron la situación de las turberas del Parque Natural Karukinka, en el Lote 10 y en el valle La Paciencia, acompañados por Bárbara Saavedra, directora senior de Conservación Efectiva y Nicole Püschel, encargada de Cambio Climático y Biodiversidad, ambas, parte del equipo de WCS Chile, quien administra el parque.
"Fue importante compartir con otros colegas el trabajo que estamos haciendo, desde WCS Chile hace más de 20 años, en torno a las turberas: salvaguardándolas y fomentando su reconocimiento y protección, en Karukinka y en otras latitudes. Por otra parte, estas instancias son cruciales para generar redes, que finalmente es lo que permite que la conservación de las turberas sea efectiva en Chile y el mundo”, señaló Püschel.

El Dr. Roy Mackenzie Calderón, investigador del CHIC y del Instituto Milenio BASE, destacó, según palabras de la comitiva, que estas grandes extensiones de turberas se encuentran en un excelente estado de conservación. A su vez, la profesora de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Argentina y miembro del IMCG, Adriana Urciuolo valoró esta oportunidad de recorrer las turberas en Chile.
“Fue hermoso realmente, todos encantados con la visita a las turberas del Parque Karukinka, y para ellos ver estas turberas prístinas en Tierra del Fuego fue fantástico, porque son muy diferentes a las turberas ya degradadas de Europa o Canadá, se quedaron realmente impresionados, les encantó la diversidad de turberas y la intensidad de actividades que hicimos alrededor del viaje”, detalló Urciuolo.
Durante este recorrido, los especialistas se interiorizaron en la problemática del castor canadiense en Karukinka, siendo una de las amenazas que fue apuntada por la declaratoria del IMCG 2025. En ese sentido, Mackenzie explicó que las turberas prístinas de Tierra del Fuego poseen un valor ecológico y climático excepcional.
“Almacenan enormes reservas de carbono acumuladas durante más de diez mil años, funcionando como sumideros naturales que ayudan a mitigar el cambio climático al mantener el carbono fuera del ciclo atmosférico. Además, regulan el ciclo hídrico al retener y liberar agua lentamente, estabilizando caudales y previniendo inundaciones. Su estado intacto las convierte en archivos paleoambientales que conservan información sobre la historia climática y ecológica de Tierra del Fuego y de la región, mientras sostienen una biodiversidad nativa adaptada a condiciones de extremo anegamiento. También representan paisajes de alto valor cultural y escénico, con un enorme potencial para el ecoturismo sustentable, como muy bien lo representa el trabajo que realiza la WCS”, añadió.

Posteriormente, el grupo se trasladó hasta Punta Arenas, donde los participantes visitaron el sector de San Juan, a 40 km al sur de la capital regional, comprendiendo la labor de INIA Kampenaike, que monitorea hace más de una década el estado de las turberas explotadas para su extracción. Junto a profesionales del Ministerio del Medio Ambiente, se observó el abundante crecimiento de la Murtilla (Empetrum rubrum) en las áreas explotadas, y se discutió la estrategia de restauración por rehumedecimiento mediante el bloqueo de las zanjas que aún permanecen abiertas en el sector afectado de la turbera, y de esta manera recuperar su vegetación esfagnosa y la biodiversidad nativa característica de este tipo de humedales.
Las actividades continuaron en el sector de Seno Obstrucción, Última Esperanza, cuando la Fundación Planeta Agua recibió a la comitiva para visitar y dialogar con una familia de recolectores del musgo pompón (Sphagnum magellanicum). En el lugar, los anfitriones dieron cuenta del conocimiento empírico que han acumulado desde hace 20 años sobre el crecimiento del musgo en esa área, además de observar especies endémicas del cono sudamericano como la planta carnívora rocío de sol (Drosera uniflora) y el ciprés de las guaitecas (Pilgerodendron uviferum).

Simposio IMCG
Desde las dependencias del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en Punta Arenas, los expertos se reunieron para presentar sus investigaciones y dialogar en torno a lo experimentado durante esta semana en Magallanes. Dentro de la jornada, se presentó Claudia Mansilla, profesora del Instituto de la Patagonia, quien conversó sobre las turberas y su relación con los cambios ambientales y culturales.

“Muy agradecidos que se haya hecho el contacto con Chile, porque es un grupo internacional, que todos los años busca diversos países para evaluar la situación actual y pasada de las turberas. Agradecer que hayan elegido al país, fue una tremenda oportunidad que puedan venir a evaluar el estado actual de conservación, ese es uno de los objetivos”, resaltó Mansilla.
El encuentro permitió destacar a nivel internacional la singularidad y el estado prístino de las turberas de la austral región, consideradas entre los ecosistemas más relevantes del hemisferio sur. Además, los especialistas entregaron un fuerte respaldo a las acciones de protección ambiental que se han logrado en Chile durante los últimos años, como lo es la Ley de Protección de Turberas y la integración de estos ecosistemas en el compromiso de Chile con la Contribución Determinada de Carbono (NDC).
